jueves, 7 de febrero de 2008

Captulo 2 : Aprendices

Mi historia no podria ser mas triste . Tuve en vida una feliz vida . Solo soy un hechicero . Un hechicero que vendio su alma por la vida eterna ; por el poder . Solo cree a tres . Mi querido ; mi dulce , mi pequeño querubin de grandes ojos ; con su belleza que rivalizaba a los dioses . En cuanto me encargaba algo entonses mi mundo , el universo giraban en torno a el . Solo el . El poder . Ahora me di cuenta de que fue un error crearlo tan joven ... tan inocete ... listo para corromperse y corronper a el mundo . No ; no fue mi error . Tal vez el de los demas .... lenando a mi pequeño principe .... de obligacines
. Mi segunda creacion . ¡me gustaria no haberla hecho ¡ ¡me gustaria matarla estos momentos ; por que fue ella misma quien , sin saberlo , me condujo a la boca del lobo ¡ Pero no . No puedo sentir rencor hacia ella ... un hermosa creacion . Un obra de arte sobre la sangre ... bella , melancolica y triste . Simplemente no puedo odiarla
. Seria como odiar a mi ultima y mas hermosa hechizante y amada creacion . ¿por que mentir ?Los amo con un cariño filial ; un cariño mayor .. . pero cariño al fin y al cabo .
El me siguo hasta el final y aun despues de la muerte . Temi volver a repetir mi error . Demasiado joven ... con una inocencia y pureza ... con una felicidad de la vida . Pero el misma lo hizo . Me convencio . Y ahora si . La tercera es la vencida . Por fin estoy con mi aprendiz . Hasta el fin de los tiempos soy yo. El creador de anber

La vista tenía una villa, pintada de blanco, los techos y marcos de las ventanas de color verde negrusco, el jardín estaba igualmente podado, y rosales de colores azules crecían alrededor, al seguir caminando, por un camino de piedra para evitar tocar la grama, había una especie de perro blanco, la sacerdotisa morena supuso que era un Lobo Siberiano, una fuente de mármol, que ha estas horas no echaba agua, y la puerta, estaba hecha de roble oscuro, con un timbre poco usual, el cual consistía en uno de esos manilas de oro, el cual tenía una serpiente, tocabas y abajo había un metal que resonaba abajo, antiguo, todo allí se veía enchapado en los años 1700-.
Dentro de la casa, había un pequeño recibidor que tenía algunas pinturas como réplicas de la Coronación de Napoleón, y the starry night del esquizofrénico de Van Gogh, las paredes pintadas de blanco, en la amplía sala, dos butacas, y un sofá para cuatro personas. Todo forrado de cuero negro, una chimenea al estilo británico. Blanca, con marcos de mármol verde oscuro, una mesa, con reliquias. Un solo cuadro que una mujer de cabellos largos y amarillos, ojos azules gélidos, y pálida, sin cabida a dudas, estaba durmiendo, mientras sentada en un gran sillón rojo, de fondo la misma chimenea antes descrita
– Puedo decir que tenía muy buen gusto… –Pronunció la morena, rompiendo el silencio abruptamente-.
– No seré yo quien te lo niegue… incendiate… –Ordenó a la chimenea, colgando el abrigo de terciopelo negro en el perchero y dejando ver que tenía un pantalón de pinzas de gabardina opaca, y una camisa de algodón negra maga corta un poco ceñida al cuerpo, el cabello lo tenía peinado hacia atrás, y en los ojos se reflejaba el fuego, después de sentarse en el sofa, cabiendo acotar que, ella se quedó parado en su sitio, no tenía muchas ganas de moverse, lo miró-. ¿Entonces?

“¿una copa?” pregunto el joven de cabellos castaños y ojivioleta a la sacerdotisa de ojos azules . La sangre burbujeaba . El salon era lujoso
“si por favor , ando con dolor de cabeza “ dijo sentandose en el sillon de terciopelo rojo. Se la bebio de un trago
“bien , tengo una noticia , una mala y otra buena “
“ todas tus noticias son malas Menes “ tercio la morena abrandose a si misma
“no tan malas como las de Keops “ se sirvio una copa , de te frio
En ese momento entro corriendo una pequeña de ojos verdes y cabellos castaños . A su lado iba la otra ojiazul, Keops, y la ojiamarilla
“¡papa, mama¡”
“¡QUE NO SOMOS TUS PADRES¡” gritaron hambos , sonrojados . La joven loba rio silenciosamente y la otra largo una carjada
“bien hermanos “
“ tampoco eso “dijo la morena y la levanto en brazos
“¿y como has estado Neferirkara?” pregunto sonriendo a pesar de que el rubor nublabla su bello rostro . La niña de un año y medio ocupaba gran parte de su tiempo como para pensar en el estupido que no se merecia todo el amor que ella le profesaba
“¡muy bien¡ te tañe mucho Giza”
“ si , tanto como seguro te extraña Ineb Hedy “ dijo el castaño
La joven comprendió sus palabras .
“no “ dijo friamente
“¡escuchame ¡”uso sus poderes “¡si te niegas entonses todos y cada una de tu gente pagara .¡ no es mi culpa que te allas acostado una o dos veces con el y luego te dejara como un trapo “
La ojiazul se enpecino en no llorar . No lo logro .
“mira lo siento . Nosotros nacimos para proteger el poder unico y si tu te sales entonses …. deveras tener cuidado” dijo tocandole un hombro , asiendo que una vieja herida se abriera y sangrara .
Las jóvenes se llevaron a la niña
“hola a todos Keops “ dijeron Ineb Hedy y Keops
– Utiliza un poco de sentido común y dime ¿Cuáles son las posibilidades de que yo me quede dormida aquí?
–formas, por tú voluntad o por la mía… Keops -dijo dijeron Ineb Hedy y Keops

– No duermo porque tú vallas a estar merodeando por tú casa, cabe acotar…, cierro los ojos y todo vuelve… –Dijo en voz queda-.
– ¿Qué es lo que todo vuelve?
– ¿Qué que importa? anda a dormir tú si quieres yo me quedaré viendo la luna…
– Como gustes. No sé que hago dándome mala vida con él –Dijo levantándose y dirigiéndose al ala de los cuartos-. Procura no romper nada…
– ¿Crees que tengo cinco años? –El omitió el comentario y se fue, la ojiazul se quedó allí solo parada en medio de la sala, se quitó la capa, tenía una, los brazos los tenía dos marcas moradas de haber sido sostenido fuertemente por alguien, la mano derecha vendada y una sutura en el cuello, la cual había medio cicatrizado… y en las demás partes del cuerpo debía tener heridas semejantes, solamente que no se veían, cerró los y se llevó una mano a la cabeza, allí había una fea hinchazón amoratada, debido a un fuerte golpe, quería llorar, pero, se había quedado desprovista de lágrimas-.
A la mañana siguiente ella estaba mirando el blanco techo de la sala, no se había molestado en moverse en toda la noche, tenía las manos acalambradas y los pies adormecidos, las ojeras más remarcadas, y rastro de lágrimas inevitables, a estas alturas no sabía de donde salían tanta sustancia salina de su cuerpo, ella ya tenía para toda su vida…, tenía la capa como cobija…
Sintió unos pasos bajar las escaleras, calculaba que eran como las ocho de la mañana, y era el único inquilino de la cada, vestido con un pantalón del mismo corte que el de ayer solo que gris claro, con una camisa manga larga de popelina blanca, y una túnica negra de pana lisa miro a la persona que estaba sentada.
– ¿De verdad no dormiste nada? – dijo el castaño volvió a cerrar los ojos no tenía muchas ganas de hablar-.
– ¡ jue john! –Llamó, mientras se arreglaba los puños de la camisa, una elfa apareció-.
– ¿Si?
– Está listo el desayuno…
– Casi¿Para la joven de allá también?
– Yo no tengo hambre… –Refutó -.
– Yo me encargaré de que coma… –La elfa hizo una reverencia y desapareció-.
– Me he ganado un padre, no me lo puedo creer…
– Levántate de allí y déjate de estupideces que ya yo estoy mayor para hacer de niñero… –Algunos momentos después-. ¿Qué demonios estás escondiendo?
– Nada… –El tono se había enfriado de repente y se apegó más a la capa-.
– Deja las niñerías para después… –logró levantarla, haciendo que la capa dejara de cubrir el cuerpo, dejando al descubierto las heridas y los moretones, el mayor levantó una ceja-.
– ¿Feliz?
– ¿Qué demonios te hicieron?
– ¿Qué importa? –t sacó la varita-.
– Tú eliges… …
– ¿Crees que es fácil hablar de lo que me pasó? Vamos no me vengas a decir ahora que en tú vocabulario existe la palabra compasión… –Todo esto lo pronunció en un tono bajo, y con la mirada en el suelo, se volvió a sentar tratando de controlar sus emociones, El lord le agarró la mano vendada y le quitó la venda-.
– Eres pésima enfermera… –Dijo sin perder la ironía-. Cuando menos ¿Quién te lo hizo?
– Ahora entiendo… mataste por eso andas así de mal…
– Mírame a la cara y dime¿Crees que yo puedo matar a sangre fría aun siendo tú al que me tocara asesinar? No yo no soy así… yo me voy más hacía el diálogo…
– El punto es que lo hiciste…
– Maldita sea tú no entiendes, ahora estoy peor…
– Se te pasará…
– ¿Me lo dices por experiencia verdad? –Dijo mirándole acusadoramente, el lord paró de hacer lo que estaba haciendo momentáneamente, y ella pudo ver un ligero cambio en el rostro de su interlocutor, pero después desapareció.-
– Si, te lo digo por experiencia…– Se oye fácil…
– No te queda de otra, es vivir con eso o morir por eso…
– Señores, está servida la comida…
– Allá vamos … ¿Dónde más estás herida?
– En el cuello, en la espalda… y ya no quiero seguir hablando de eso…
– “Entiendo porque está de a toque”
– ¿Antes que lo matara? –No pudo decir mucho más porque tuvo que correr en direccion a la papelera y se puso a vomitar, pero era un líquido blanco transparente, debido a la falta de comida, otra vez las lágrimas involuntarias empezaron a correr-.
– Esa reacción es relativamente favorable para tú cuerpo, estás saliendo del shock emocional…
– ¡Claro que no! Eso significa que cada vez que pienso en ello se me revuelven las entrañas… –dejó el tema por ahora, y lo ayudó a ir al comedor, el cual estaba con pinturas igual que toda la casa, un seibo con tazas y platos de porcelana china e inglesa, cucharas de platas y otros indumentos por el estilo, en la mesa cabían seis personas, era de caoba rojiza, el comedor estaba pintado en blanco la mitad superior y la mitad inferior verde con una cinta decorativa, de motivos tribales en diferentes tonalidades de verdes, cuando estuvieron sentados en la mesa-.
– jue john , necesito un botiquín de primeros auxilios, una poción que corte las nauseas y el mareo, de esas que toman las mujeres cuando están embarazadas, y algo ligero de comer… dudo que por su estómago pase algo más que un caldo o cosa por el estilo, y un libro que tengo encima del escritorio en la biblioteca… –La elfa asintió y volvió desaparecer, mientras la otra estaba en posición de descanso con los ojos cerrados y regulando su respiración. Cuando regresó veinte minutos después le dejó todo al ojivoleta, y este despertó la -.
Le hizo tomarse la poción la cual sabía como todas las pociones que no aceptaban azúcar, horrible, después de eso, esperó que hiciera efecto y la obligó a comerse la sopa, que era más agua con algo a sabor a pollo sin el, y algo de sal, al terminar de comer la condujo a donde quedaban las habitaciones, habían cinco, una biblioteca, un baño y tres cuartos habitables con respectivos sanitarios, entraron en el segundo de la derecha, contando de derecha a izquierda el segundo.
La habitación estaba pintada de dos colores, un azul cielo, y un azul Copenhague, quedando en contraste, una cama tamaño matrimonial con doseles azules, sábanas blancas y un cubrecama de gamuza, azul medio, la madera era ébano, había un closet, un escritorio, y dos sillas, una puerta anexa, suponía que era el baño.
– No me preguntes por que lo hago, pero quítate la camisa a ver que tan horrible estás…–hizo lo que se le pedía, y cuando retiró la camisa, cuidadosamente, no era un espectáculo digno de ver, le habían roto la espalda a correazos, hasta dejar coágulos de sangre, los cuales no habían sido retirado correctamente-.
Dijo con una mano en la cabeza-. Anda a bañarte, tienes demasiada sangre seca como para quitarla con alcohol… ¿Tienes tu baúl? –Esta le tiró un collar donde había un baúl en miniatura, y se metió al baño sin rechistar, el abrió lo abrió después de agrandarlo, y empezó a hurgar-. “Vale, es imposible no sentir compasión… ¿Será que todos vamos a tener el mismo destino? …” –Mientras pensaba, y al no encontrar algo que cupiera dentro de lo decente, buscó algo de su propia ropa, y diez minutos después salió la morena con una toalla cubriendola -. Creo que te puedes sentar…
– ¿No me vas a dejar vestirme?
– ¿Para que? La camisa estorba… Deja de pensar cosas que no son ¿Quieres?
– Yo no estoy pensado en nada…
– “Mentes adolescentes…” –Después de un poco de pelea, y un hechizo inservible, ella terminó sentada en forma india, y dándole la espalda, al el cual estaba curando las heridas, cuando terminó de curar todo lo que no estaba en su sitio con la ayuda de la magia, pomadas y otras cosas, la morena de ojos azules se vistió-.
– ¿En que día estamos?
– Domingo, veintiuno de julio…
– ¿El mal descansa los domingos?
– Yo no me llamo mal, yo me llamo Menes, y sí la mayoría de los domingos, los utilizo para mi afición, leer, y hoy, que llegó un ángel a hacerme compañía…
– Si ese ángel que te podría matar…
– Tu bien sabes que eso, hace tres días dejó de ser así…
Aunque ella no estuviera vistiendo la túnica blanca y plateada con joyas, no habría ninguna duda que esta era una mujer de poder y gran autoridad.
“puedes pasar el tiempo jugando con Neferirkara o hacer otras cosas ; a mi me da igual ; no molestes o entables conversaciones jue john te aviso que en su vida pasada fue peor que yo con las torturas al poder unico “dijo el .
Abrió los ojos, para encontrar que el dolor había disminuido considerablemente, por no decir que había desaparecido en su totalidad, se sorprendió al verse acostada en una cama, suave, arropada con sábanas de algodón puro, y los doseles permitiendo que la luz entrara, pero después recapituló todo lo que había pasado y todo lo que podía suceder de ahora en adelante, se sentó y se restregó los ojos viendo todo borroso . Reposando en la mesita de noche, eso era algo parecido en lo que debió vivir siempre, no por nada era el último descendiente, de las últimas familias sangre pura del mundo mágico, por ende su fortuna era equivalente a la de ella , pero, eso no era lo esencial ahora, la rubia apareció en el cuarto dándole un susto de muerte .
– Perdón si la asusté, pero, ya son las ocho de la mañana y el amo me dijo que lo dejara dormir todo el tiempo que necesitara, hoy es lunes y el sale a las ocho, también, me dijo, que, si necesitaba algo , magico ¿eh?que me dijera …
–me llamo Giza –Le dijo sonriendo-.
– ¿Vas a querer algo especial de desayunar? …
– ¿Qué quieres de desayunar?
– ¿Lo que haya comido tu maestro esta mañana?
– El no desayuna en la mañana de lunes a viernes aquí… para eso tiene a niní, en la fortaleza…
– ¿Cereal?-dijo el ojiazul
– ¿Solo cereal¿Con lo desnutrida que está? No señor, los sirvientes, le hará un desayuno para que recupere algo de grasa en el cuerpo… valla a asearse y después baje a comer… ¿Qué espera¿Qué espera? –Dijo apurándole con la mano, cuando esta salió ella no sabía si reírse o molestarse, al final optó por olvidarlo… Cuando bajó estaba vestido con un jean que le quedaba grande, y una camisa, el cual le daba tres vueltas las manga, bajó y entró al comedor, cuando la ojiamarrilla iba a servir la comida, chilló-.
– ¿Qué sucede? –Preguntó el ojiazul moreno preocupado-.
– ¡Cómo se le ocurre estar vestido así!
– ¿Eh?
– Por dios, vestida con esos harapos… ¡No esto es horrible¡Sígame, sígame! –dijo el ojiazul . Se la llevó casi a rastras a su cuarto, y apareció unas ropas, y lo hizo que se cambiara, cuando salió se sentía extraño, tenía un jean negro ceñido al cuerpo, y una camisa blanca, que tenía un motivo griego en negro delante-.
– Esto no es necesario …
– Nada, ahora me a comer… ¡Que inhumano! –se rió a este último comentario, después de comer, se fue a revisar la casa, llevándose varias sorpresas, terminó de cabeza en la biblioteca, esos libros no existían ni en la sección prohibida de … también había literatura, muchas estanterías todo ordenado por autor, a la una, la elfa lo sacó de la oreja para que comiera, fue pollo en mostaza dulce, arroz blanco, jugo de calabaza, y de postre marquesa de chocolate, lo que pasó por la mente del moreno es que iba a engordar si no lo dejaban hacer nada,ella tendría que hablar con el maldito guardian , ese punto, el no estaba acostumbrado a no hacer nada-.
El reloj daba las cuatro de la tarde, el moreno estaba durmiendo en una mesa al lado de la piscina, usando de almohada un libro que decía El arte, Pero como aún estaba convaleciente, ni modo.
– ¿Qué sucede?
– ¿Cómo a que hora llegará?-dijo el ojiazul
– No lo sé, a veces el no regresa en una semana, pero siempre está aquí los domingos… –Respondió sin verlo y sin dejar de lavar los trastes, mientras que se llevaba una mano a la cabeza ¿De verdad tenía planeado dejarlo sola, toda la santa semana¿Haciendo que? Se acercó a la puerta, y cuando la fue a girar sintió una descarga eléctrica que subía por todo su brazo. Si, en realidad se había esperado esto, y de una peor manera. A las doce de la noche, el moreno suspiró profundamente, y se levantó del asiento en el que estaba esperando, pero, no llegaría…
En eso alguien entró en el cuarto, el moreno volteó rápidamente-.
– la nueva me dijo que me andabas buscando…
– Bueno, no era muy importante lo que te tenía que decir… – el cambió de forma al ser humano que ella había visto un día atrás-.
– Acabo de llegar… ¿Qué es lo que me querías decir?
– Al punto… ¿Qué puedo hacer aquí que no sea estarme quieto? No puedo¿leer todo el día¿Y las cantidades un poco grandes que quiere que coma , creo que tal vez si estoy un poco delgado pero tampoco quiero llegar al otro extremo…
– ¿Qué quieres que te diga?
– Algo que pueda hacer de esfuerzo físico-corporal…
– Hay, de verdad que eres extraña… ¿Qué se yo? Lánzate a la piscina y has cincuenta largos diarios… invéntatelas…
– ¿Hay alguna manera de que yo pueda localizarte estés donde estés?
– Preguntas unas cosas…
– No me gustó el truco de la puerta, tampoco era que podía escapar de tus garras –…
– Eres adolescente y yo también lo fui, estoy tratando de evitar lo que yo haría si me siento encerrado…
– Embaucador…
– ¿Ajá¿Enserio? –Dijo alzando una ceja-.
– Solo expreso mis sentimientos más profundos…
– Se ve que te recuperaste…
– Deja de cambiarme el tema ¿Quieres?
– No hay nada que cambiar, yo llevo la conversación, solamente eso…
– … cálmate, vas a terminar muriéndote de una úlcera… no pagues tú rabia con ella simplemente porque tus seguidores son unos incompetentes…
– “¡Nagini!” –Pensó la morena pegando un ligero salto, cuando la joven ; la del medio de los hermanos ; la de cabellos broncineos y ojos entre violetas y verdes se le acercó-.
– Preciosa ¿Qué haces aquí a estas horas?
– Evitando que se cometa un error…
– Bueno… creo que no hay más nada que comentar y podemos irnos a dormir… –Trató de finiquitar la ojiazul sin mucho éxito-.
– Está bien, te tomaré la palabra, Nagini dejémosle dormir… –El dejó que la
– Cuando menos si no vas a llegar, trata de avisarme aunque no sea de mi incumbencia … –Dijo abochornada la morena mirando a la ventana, reviró los ojos sin voltear salió-. Buenas noches… –Susurró a la nada como normalmente hacía-.
– Oigo… –Lanzó la castaña anticipándose a los hechos-.
– Vigílala… tiene la mala costumbre de meterse en problemas, sin siquiera buscarlos…
– Me estás dando el que debería ser tú trabajo…
– Sabes que no tengo tiempo para cuidarlo…
– Será mejor que encuentres todo el papeleo antes que a él le de por escapar…
– ¿Qué crees que no lo he estado buscando? Tengo muchas cosas en mi despacho… -dijo la/el ojiazl
– Yo lo tendré vigilado pero tú encuentra eso lo más rápido posible.
-Ajá… –Dijo entrando a su cuarto y dejando a Nagini fuera… siempre pasaba lo mismo-.
Había pasado una semana era 28 de julio, era la semana más aburrida que la sacerdotisa había pasado hasta ahora, pero, el se había dignado a pasar la noche en la casa, aunque la otra desconocía la razón de porque lo hacía, Nagini pasaba la mayor parte merodeando donde su custodiado estaba,
¿Qué que había hecho ella toda la semana? Dormir, comer, leer, nadar, leer, comer, he irse a dormir… había tratado por todos los medios de descubrir como funcionaba lo de la puerta que aún no lo dejaba tocar la perilla y eso lo tenía frustrado, pero, después pensaba ¿No era después de todo? Obvio que tenía que ser difícil de descubrir, en la casa había televisión, radio, y otras cosas, que servían de entretenimiento, pero, la verdad, que eso no le llamaba la atención.
Ella Llamó, la elfa apareció a los poco segundos-.
– ¿Qué sucede? –Ya por fin le había quitado la manía de.
– ¿Crees que me podrías proporcionar tinta?
– ¿Para escribir? –Ella asintió-. Si… déjame y ya te la busco… –Se le acaba de acabar la tinta, había hecho un nuevo descubrimiento… leer, e ir anotando las partes que te parecieran importantes, para hacer que los minutos pasaran más rápidos, y dieran las cuatro, para meterse a la piscina una hora, y después ir a ver, una hora de televisión, con las cuales se había encontrado hace dos días, y aún no había terminado, después de recibir la tinta, siguió en lo suyo.
Le llamó Nagini mientras comía-.
– ¿Qué? –Preguntó sin levantar la vista del plato había estado jugando con la comida desde hace cinco minutos pero si no se lo terminaba no lo dejarían pararse de allí-.
– ¿Qué tu madre no te dijo que no jugaras con tu comida?
– En realidad, no… dale gracias a tu hermano mayor …
– Estás molesto… Eres demasiado predecible… ¿Ahora que te pasa?
– No sé… –Refunfuñó molesto, Nagini se había convertido en la madre que nunca había tenido, se las había arreglado para conocerle de tal manera que ni élla misma lo hacía, y siempre la semiojiverde tenía la razón-.
– Adolescentes… termina de comer… y Mañana llegará mi hermano, pero por lo visto, mejor si no se aparece por aquí… ¿Algo especial que se acerque? – dijo el ojiazul
– No, nada…
– A lo mejor yo no podré leer las mentes como el, pero, sé que por algo estás así…
– Eso es lo de menos… Aunque llegara no sería la mayor diferencia…
– Como quieras… de allí no te paras hasta que termines, por una depresión no me vas a dejar de comer… -Dijo saliendo del comedor- dijo el ojiazul.

La joven se entretuvo jugando con la pequeña ojiverde , ya que la licantropa peliblanca no estaba en la casa y la rubia preferia leer o leerle ; en su mayoria cuentos tipo Agata Cristie o alguna version de Don Quijote
Normalmente a la escondida , cuando no estaba de buen tiempo ; en esos tiepos ella recordaba cuando y como la encontro ....

La sacerdotisa caminaba enfurruñada, ni siquiera sabía donde se encontraba. Bueno… en realidad si sabía que estaba en Londres, pero no sabía donde exactamente. La verdad que ese lugar era grotesco, casas todas iguales y jardines asquerosamente bien arreglados y una tranquilidad que la ofuscaba. Viviendo con quienes vivía y como vivía, la tranquilidad era muy poco común entre ellos.No debería estar tan enojado después de todo. Las peleas con los magos eran muy comunes, pero hoy especialmente no tenía ganas de estar ni a dos metros de Menes.. Bufó enfadada y se dejó caer en unos de los bancos de ese pequeño parque. Miró hacia el cielo, era una noche hermosa y despejada.
Suspiró y se revolvió su cabello negro azabache. Se cruzó de brazos y esperó unos momentos hasta que su enojo se disipara, no era muy común verlo enojado, pero es que al castaño se había pasado… sacarle en cara lo de Ineb Hedy , porque sabía que estaba perdiendo la discusión, había sido un golpe bajo. Volvió a gruñir enfadada.Normalmente estaria llorando pero sus compañeros odiaban su devilidad , odiaban su humanidad Estaba pensando en una dulce venganza en contra del ojivioleta cuando un llanto de bebé la distrajo de sus maquiavélicos planes.Parpadeó agudizando sus incrementados sentidos. El llanto era de un bebé que pedía atención. Miró alrededor, no había ninguna casa cerca, así que el llanto no podía venir de alguna de ellas, porque se oía como si viniera de dentro del parque. Sin dudar otro minuto más se levantó del banco y caminó en dirección del sonido. Llegó hasta unos matorrales bastante espesos y rebuscó entre ellos. Allí vio una canasta, el llanto de bebé venía de allí.Su corazón se encogió cuando pudo ver lo que las mantas celestes ocultaban. Era una pequeña de no más de un años, su carita estaba completamente empapada por las lágrimas. Tenía hambre sin duda y estaba sucia, por el olor que despedía. -Tan pequeñita…- murmuró con una sonrisa tonta en sus labios. Se agachó para tomarlo en brazos. Y supo que estuvo perdido en el momento en que la pequeñita hizo un puchero y escondió su cabecita en su pecho, agradeciendo su atención.-¿Que voy a hacer contigo, pequeña?Con la pequeña niña en brazos se mordió el labio inferior, era obvio que no podía dejarlo allí a su suerte. No, claro que no. Pero tampoco podía llevarlo a su casa, sabiendo muy bien que un humano no sería bien recibido entre ellos, menos si era un bebé.-Pero no puedo dejarte solita.. Si iba a cometer la locura de quedarse con esa bebé tenía muchas cosas que comprar.
Dos días habían pasado y los cazadores estaba frenética. Por más que buscaron por todo los lugares posibles, no daban con el paradero de la llave.La morena frunció el ceño al sentir algo húmedo en su cara. Abrió los ojos y una sonrisa tierna se formó en sus labios.la pequeña bebé estaba sobre su cara mirándolo con esos hermosos ojos verdes esmeraldas, la humedad se debía al pequeño hilo de baba que colgaba de su boquita.-¿Ya has despertado?- susurró incorporándose en la cama que compartía con el pequeño. Su ataúd fue dejado de lado, porque allí no podía dormir junto a
Neferirkara . La bebé era muy inquieta como para dormir en un lugar tan reducido.-Ssshhh…- se apresuró a silenciarla mirando alarmada a la puerta. Ella no se explicaba como en esos dos días no había sido descubierto. Ciertamente estaba recibiendo ayuda divina, porque siendo esa casa habitada por más o menos diez personas, era un milagro que no hayan descubierto su pequeño y travieso secreto. Tal vez se debía a que pensaban que élla todavía estaba enojado con el por lo de su última pelea y por eso la dejaban en paz. Que equivocados estaban… si de eso ya ni se acordaba. La castaña tomaba todo su tiempo como para estar pensando en ese idiota que no se merecía todo el amor que le profesaba.- ¿Quieres tu leche?- sonrió y acarició los cabellos- Enseguida te la preparo.Se levantó y estiró sus extremidades. Sonrió tiernamente al ver como la pequeña bateaba en busca de su oso de peluche.-Enseguida vengo.- murmuró antes de salir de la habitación.Caminó sigiloso hasta llegar a la cocina y suspiró aliviado al comprobar que estaba vacía. Claro, siendo ellos chupa sangre y hechicerosPuso el agua para que hirviera mientras sacaba la mamadera del bolsillo de su bata junto con el pequeño tarrito de leche. El agua estuvo enseguida y procedió a mezclarlo todo.-¿Que haces?Dio un respingo al oír la voz. Estaba tan concentrada que no prestó atención a que alguien se acercaba. Volteó con un visible terror en sus ojos, más se alivió al ver de quien se trataba. De todos, ella era la que menos podía sacarle en cara si llegaba a descubrir su secreto.-Nada, meiv , ¿Por qué lo preguntas?- sonrió.Vio a chica enarcar una ceja.-Porque tienes una mamadera con leche en tus manos.- dijo como si fuera lo más obvio del mundo.la morena sonrió inocentemente.
-¿Cómo?- espetó el ojivioleta frunciendo el ceño.-Ya diles .- se escuchó que decía la pelliroja.-No puedes quedarte con él, lo sabes… y no voy a cambiar de parecer.- siseó el castaño con los ojos entrecerrados.-Lo que tú no quieres es que él viva con nosotros. Y no puedes decir que no puedo quedármelono tiene a nadie más que a mí. Y si me prohíben vivir con él en esta casa… me voy.-¿Serías capaz…?- preguntó incrédulo.-Si.- miró directamente a los ojos - Si me obligan a elegir me quedo con élla. Yo tengo donde vivir y con que mantenerme.. ¡¿Como se atrevía a retarlo de esa manera?! ¡El era su creación! ¡Y lo amenazaba con hacerlo de lado!-¿Puedo verla?- preguntó el ojiazul con una sonrisa divertida y un brillo pícaro en sus ojos. Toda esa situación lo divertía sobremanera. No era muy común ver a la morena retarlo .Llegaron hasta la puerta de la habitación y una ligera alarma se prendió en el corazón de la ojiazul al ver que ésta estaba entreabierta. Sus sospechas se vieron tenebrosamente confirmadas cuando, al abrirla del todo, vio la cama vacía. Entró precipitadamente y buscó como loca ante la mirada sorprendida de los otros vampiros. Definitivamente, la pequeña no estaba.el mago caminaba enfadado buscando al mocoso. El tenía muchas cosas más divertidas que hacer en vez de andar buscando a esa . Pero el sentir la desesperación y, sobre todo, ver el terror en los ojos azules ante lo que pudiera pasarle a la niña lo hicieron tragarse sus objeciones e ir en busca del bebé.La verdad es que dudaba que estuviera allí, en el sótano, pero no estaba demás buscar en ese lugar. Se paró en el centro del lugar y agudizó la vista. Una risita y un bultito en el rincón más oscuro llamaron su atención. Caminó hasta allí y lo vio. Ahí estaba ella . la niña levantó su mirada y sus ojos se conectaron. Sin despegar su vista se agachó para tomarla en brazos. El mismo sentimiento que embargara a la sacerdotisa cuando lo cargó por primera vez se apoderó de el . No podía negarlo, esa tenía algo que te hacía enamorarte de élla a primera vista.-Eso, solo un poco más.El castaño miro interesado como la vampiresa morena estaba a punto del llanto. la bebé solo estaba dando un par de pasos y no entendía el por qué de tanto alboroto. Tal vez era porque, él al ser .... bueno , no experimentaba los sentimientos de un padre ante los primeros pasos de su bebé. Estaba carente de ese instinto. Aunque, la verdad, es que sentía algo cada vez que lo miraba a los ojos y le sonreía como solo el niño sabía hacerlo. Era… indescriptible. -Lo has logrado mi amor.- murmuró ellaestrechando a la pequeña en sus brazos.Solo una semana había transcurrido desde que se votara para que ellapudiera permanecer con ellos. -¿Keo? se mordió el labio inferior. Kero había desaparecido misteriosamente hace dos días y no había rastro de él. Ese era el juguete favorito de la ojiverde y la ojiazul estaba pensando seriamente en salir a comprarle otro si no aparecía pronto.-Aquí lo tengo.- dijo el ojivioletacon una mueca de desdén en su hermoso rostro- Lo encontré afuera, en el barro.-¡Keo!- chillo soltándose de los brazos protectores de su papi y caminó decidido hasta el.El enarcó una ceja al ver los pasitos inseguros de ella. Sintió su corazón encogerse cuando la vio caerse de cola hasta el piso. Estaba a punto de agacharse a ayudarlo, pero la expresión ceñuda y el pequeño bufidito irritado de la castaña lo detuvieron. la niña apoyó ambas manos en el piso y se impulsó para levantarse. Lo logró enseguida y volvió a caminar hasta llegar a el , esta vez sin caerse.-¡Keo! ¡Mío, Keo!- dijo extendiendo sus bracitos en dirección al peluche.sonrió y se agachó hasta quedar frente a frente al bebé.ella apoyo ambas manitos en las rodillas del mayor ya que eso de estar parado lo cansaba mucho.-Kero está sucio ahora, bebé. Hay que bañarlo y luego te lo daremos.-¿Aba? ¿Keo aba?- preguntó ceñuda.-Si.- dijo la morena quien era la única que entendía el idioma del la chica- Kero va a bañarse en el agua.-¡Hady aba con Keo!- chilló emocionada.-¿Estas lista para tu ducha?- sonrió- Vamos entonces.la morena levantó al niño en sus brazos y juntos partieron hasta el baño, donde le esperaba la ducha diaria al la más pequeña… y al extraviado Kero.

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